miércoles, 14 de mayo de 2014

Divulgadores globales

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 14 de mayo  de 2014

Los viajes ilustran. Mi reciente asistencia a la 13a Conferencia Internacional sobre Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología, organizada por la Red PCST (Public Communication of Science and Technology) del 5 al 8 de mayo en Salvador de Bahía, Brasil, me lo confirma.

Quizá parezca raro un congreso internacional de comunicadores de la ciencia. ¡Somos tan pocos en México! Y aun a nivel internacional, sólo unos pocos nombres, como Carl Sagan, Neil DeGrasse Tyson, Richard Dawkins (¡y Beakman!) son realmente famosos.

Pero la verdad es que la divulgación científica, el periodismo científico, el fomento de la apropiación social de la ciencia y otras variantes de lo que se engloba bajo el concepto PCST son actividades tan necesarias y relevantes en cualquier sociedad moderna que la cantidad de comunicadores profesionales de la ciencia en todo el mundo está creciendo (sobre todo en países en vías de desarrollo, porque los desarrollados ya tienen bastantes; basta con ver el tamaño de sus asociaciones de periodistas científicos, museos de ciencia y “science writers”).

Incluso en nuestro país, la relativamente pequeña comunidad de divulgadores científicos va en aumento; se van formando más periodistas capacitados para manejar la fuente científica (aunque muchos, muchos menos de los que serían necesarios), y los institutos de investigación científica poco a poco van abriendo oficinas de prensa dedicadas a divulgar la investigación que ahí se realiza.

Pelourinho, el centro histórico
de Salvador de Bahía
(foto: Martín Bonfil)
De entre el barullo de todo lo que compartimos y discutimos los ¡507 expertos de 49 países! que asistimos a la reunión de Bahía (la delegación mexicana –incluyendo a siete miembros de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, donde laboro– fue, por cierto, la segunda más numerosa, después de la brasileira, y superando a la británica), pude sacar algunas conclusiones:

Uno, que nuestra actividad ha crecido y se ha diversificado a tal nivel que hablar de “comunicación” de la ciencia y la tecnología es ya insuficiente. Más allá de paradigma tradicional del divulgador que explica la ciencia a los no iniciados, o del mero fomento de la cultura científica de la población, el panorama hoy incluye actividades que buscan más bien el diálogo y la discusión de los conceptos, valores y aplicaciones de la ciencia y la tecnología. Y aún más, llegar a la acción: la apropiación de estos temas por los ciudadanos y su participación activa en ellos (desde su participación en la investigación científica misma, como ocurre en los proyectos de “ciencia ciudadana”, hasta su intervención en la forma como se aplica en la práctica la ciencia y la tecnología en su comunidad, y en las decisiones que se toman respecto a ellas).

Salud, transgénicos, tecnología atómica, exploración espacial, cuidado del ambiente, producción agrícola y pesquera… En éstos y muchos temas más urge que el ciudadano se involucre, junto con científicos, comunicadores, políticos e industriales para garantizar el mejor uso de los recursos científicos y técnicos para beneficio de la sociedad.

En segundo lugar, me quedó claro que la gran diversidad de enfoques, estilos, temas y métodos que usamos quienes nos dedicamos a la PCST hace necesario aceptar que ya no podremos ponernos todos de acuerdo; no habrá un modelo único que describa nuestra labor. Tendremos que aprender a convivir, como colegas, en la diversidad y la tolerancia. No todos buscamos lo mismo ni de la misma manera. Pero todos vamos en la misma dirección: poner la ciencia en manos de los ciudadanos (a los que hoy consideramos como tales, ya no como simples “públicos”).

Hubo muchas más cosas que aprendí y conocí y compartí (la gran cantidad de investigación sobre el tema que se está haciendo en todo el mundo, incluyendo a México, por ejemplo; en la reunión se acordó crear una red de estudiantes de posgrado en comunicación de la ciencia), pero el espacio me obliga a dejarlo aquí. Concluyo confirmando que para lograr una comunicación pública de la ciencia más profesional, eficaz y mejor fundamentada, no hay como seguir fomentando su desarrollo académico. Reuniones como ésta son un medio para hacerlo.

[ Nota: Si quiere usted conocer más de lo que se vivió en la Reunión PCST 2014, puede consultar el blog oficial del evento: http://softwarelivre.org/pcstbr/blog]

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Contacto: mbonfil@unam.mx

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2 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

La labor del divulgador es en el presente más importante que nunca. Hice mencion en post actual, que da gusto el relanzamiento de Cosmos para reavivar el interés en temas cientificos del publico en general.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Felicitaciones, Tocayo; asistir a estos eventos, así como dices, permite compartir experiencias y entender diferencias. Desarrolla un mas amplio criterio. Saludos.